La herramienta clave para conseguir fundir dos fotografías es el degradado. El concepto no esconde ningún misterio. Degradando una parte de la imagen a blanco, la selección quedará con un aspecto translúcido de tal manera que se puede superponer con otra imagen dando la apariencia visual de continuidad en lo horizontal y vertical.
Pero dejemos de perorar y vayamos al grano porque para explicar estos asuntos, las fotos se bastan solas.
1. Abrir la primera imagen y duplicar la capa
2. Colocar el selector de colores en blanco y negro (tecla rápida “D”) y activar el modo máscara
3. Seleccionar la herramienta de degradado y trazar con ella una recta desde la mitad de la imagen hasta uno de sus extremos
4. Desactivar el modo máscara y suprimir la parte de la capa que queda seleccionada
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