He ahí que aparecen, entonces, dos inefables maniobras: limpieza y desfragmentación del Registro. La segunda, que es la que nos ocupa en este artículo, tiene por objeto compactar los fragmentos de los ficheros que componen el Registro para que el acceso a éste sea más rápido. ¿Es eficaz? ¿Realmente hay una mejora en el rendimiento? Para averiguarlo, hemos efectuado una sencilla prueba.
El programa: Ainvo Registry Defrag
Para desfragmentar el Registro hemos usado Ainvo Registry Defrag. No es la única herramienta en circulación (también están Auslogics Registry Defrag y Eusing Free Registry Defrag, pero elegimos Ainvo por ser la más reciente. Ainvo detecta la fragmentación del Registro en cuestión de segundos, mostrando los fragmentos en una retícula de cuadrados coloreados. Es un comportamiento similar al de un desfragmentador de disco normal y corriente.Para desfragmentar el Registro, Ainvo necesita reiniciar el ordenador, puesto los ficheros que contienen las claves están protegidos por Windows.
Una vez finalizada la optimización, el sistema arranca con normalidad. Ainvo mostrará un informe HTML -bastante detallado- con los resultados de la desfragmentación.
La prueba: RegBench
El usuario tiene dos alternativas: fiarse de lo que dice Ainvo o intentar medir la velocidad de acceso al Registro. Esto último puede hacerse con RegBench, una herramienta cuyo único propósito es medir la velocidad de acceso al Registro de Windows.Funciona exclusivamente en línea de comandos y genera ficheros XML con datos cuantitativos (cantidad de claves leídas al segundo, tiempo de acceso promedio a una clave aleatoria, etcétera). Ejecutamos RegBench hasta obtener diez medidas de la cantidad de claves leídas en un segundo. Hicimos otro tanto tras la desfragmentación. En ambos casos, la sección de Registro elegida fue HKLM (HKEY_LOCAL_MACHINE), una de las más pobladas. Los resultados se aprecian a la derecha:
Se puede ver -a simple vista- que el número de claves leídas en un segundo tras la desfragmentación apenas varía con respecto al estado previo. Es más, las mediciones tras la desfragmentación parecen leer menos claves. En este gráfico se ve algo mejor la comparación entre ambas series de mediciones:
Pero queríamos estar algo más seguros, así que aplicamos una prueba estadística muy sencilla, la prueba T de Student. Sin entrar en demasiados detalles, os será suficiente saber que la prueba T sirve para comprobar si dos promedios difieren significativamente entre ellos. El resultado -obtenido gracias al paquete estadístico R- viene a decir que los promedios de claves leídas en un segundo no difieren (t=1,505, df=18, p=0,149).
¿Efecto placebo? ¿Conceptos difusos?
Lo que sí hemos notado, en este primer experimento casero, es que no se ha dado una mejora clara y cuantificable en la velocidad de acceso al Registro de Windows, el principal objetivo de optimización de los desfragmentadores dedicados. Para confirmar del todo nuestra hipótesis harán falta más pruebas, pero podéis empezar vosotros mismos, descargando RegBench y tomando mediciones en vuestras máquinas.
¿Notáis una mejora o se trata de una ilusión, un mero efecto placebo?
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