Esta rueda es más pequeña que un guisante, tiene poca superficie de contacto y por tanto no se puede ejercer mucha presión sobre ella. En el momento en que haya algo que se interponga en el mecanismo de giro la rueda se atasca.
Llegado a este punto, uno se puede plantear cambiar de ratón, lo cual es un pequeño fracaso de inversión, todo a vez que el ratoncito cuesta 49 € con cable y 69 € en su versión inalámbrica, o tratar de arreglarlo. Para esto no queda más remedio que abrirlo y a simple vista no hay ni tornillos ni pestañas, ni nada que dé a entender que se puede abrir sin romperlo.
En Macuarium he podido encontrar un manual de Enrique Garde para abrir el ratón y limpiarlo. Mighty Mouse es delicado así que más vale seguir los pasos y andar con tiento.
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